
Los espejos son un elemento decorativo que no falta ningún hogar y que gracias a él sabemos el
aspecto que tenemos. Hay trabajos relacionados con los espejos como el de las peluqueras, el de
personal shopper, distribuidor espejos, personal trainer…
Pero seguro que apenas el 15% de todos ellos saben el efecto que puede producir el espejo en las
personas. Es asombroso como un elemento tan básico y sencillo puede hacerte pasar de la pena a
la alegría y viceversa.
Hay veces que ves en otras personas algunos defectos o comportamientos que te molestan y es
que subconscientemente te molestan porque sin lugar a dudas ves en ellos algo que tú mismo
tienes. Cuanto más te desagrada algo es porque más nos duelen los nuestros. Es complicado de
asumir, la vergüenza ajena en el fondo es dada porque sietes o recuerdas que en algunas ocasiones
tú te comportaste así. De no ser así, ¿porque tendrías que sentirla?
Se trata del reflejo de tus propios defectos en otra persona. Verte con la peor cara que tenemos es
molesto y rabioso. Al recriminar esos defectos en los demás alejas todas las actitudes de ti como si
así pudieras defenderte psicológicamente de ti mismo. Es una forma de dar a entender que no
queremos tener dichos defectos.
Cuando te miras al espejo desear ver siempre algo que te gusta, ya sea porque te has vestido con
mucho interés, te has hecho un peinado nuevo o te has pintado los labios. Da igual lo que hagas o
por qué lo hagas, lo que buscas es la aprobación propia que te da seguridad a la hora de salir por la
puerta. Si esto no sucede así puede afectar, y afecta, al resto del día.
Cuanto más guapos nos sentimos más seguros de nosotros mismos estamos y eso se refleja en
todos los sentidos de la vida. En nuestro trabajo, ya que vamos con ganas y fuerzas, en nuestras
relaciones sociales, porque nuestra seguridad se expresa en cada poro de la piel. Y es que está
demostrado que cuanto más guapos nos vemos más guapos nos ven los demás. Desprendemos
como una especie de energía que los demás captan al instante y ven esa belleza. Puede que no te lo
creas pero es verdad.
Por el contrario, si no nos sentimos a gusto con nuestro físico y en el espejo no vemos más que
cosas “feas” perdemos toda esa confianza, y acabamos decayendo anímicamente. Nos cabreamos
con nosotros mismos y por consiguiente con todo lo que nos rodea.
El efecto que produce un espejo en nosotros es tan importante para la vida cotidiana y diaria que a
veces da hasta vértigo pensarlo. El distribuidor espejos debería saber que con su trabajo se
cambian vidas y pienso que en el fondo, ¡lo sabe!
0 comentarios:
Publicar un comentario